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Garaje Clandestino - JSR

Motoristas que deberías conocer - Della Crewe


En 1914, Della Crewe, de 30 años, comenzó una aventura de las de una vez en la vida, iniciando un viaje desde Waco (Texas) para recorrer Estados Unidos.

Seis meses más tarde llegó a Nueva York, a punto de comenzar la primavera, para iniciar un periplo que le llevaría al Caribe y Centroamérica; todo al manillar de su Harley-Davidson con sidecar.

Della no pretendía notoriedad alguna cuando comenzó su viaje pero, como diríamos hoy en día, su historia se convirtió en “viral” y comenzó a ser fuente de todo tipo de noticias y menciones.

En los primeros años del Siglo XX se estaba produciendo una revolución de género. La revolución industrial había permitido a las mujeres tener un puesto de trabajo y luchar por el sufragio universal. Por supuesto, también había féminas vinculadas al motociclismo con nombre propio.

Augusta y Adeline Van Buren, familiares del octavo presidente de Estados Unidos, Martin Van Buren, y bien conocidas en el plano social de la época, viajaron de costa a costa en 1916 para demostrar la eficacia de las mujeres como mensajeras durante la I Guerra Mundial.

Más tarde, Augusta se convirtió en piloto de aviones y llegó a volar con Amelia Earhart. Por su parte, Effie Hotchkiss y su madre Avis, de 52 años, viajaron de Nueva York a San Francisco en 1915, para hacer el viaje de vuelta más tarde y convertirse en las primeras mujeres que habían cruzado el país de costa a costa en una motocicleta.

Della, sin embargo, destacó por subirse a una moto antes que las mencionadas anteriormente y resultó la más prolífica de todas, aunque nunca llegase a viajar oficialmente de costa a costa.

Una manicurista y su perro

Nacida en Racine, Wisconsin, Della tenía 29 años y trabajaba en Waco como manicurista cuando una familiar suya le sugirió que montase en moto para conocer los alrededores. Aquel otoño se había comprado nueva una Harley-Davidson monocilíndrica de 1913 y comenzó a recorrer las inmediaciones de la ciudad. En la primavera siguiente, se compró una bicilíndrica y le instaló un sidecar, en lo que sería la preparación de un largo viaje de meses. Sus amigos de la ciudad le regalaron un cachorro de terrier, al que puso el nombre de “Trouble” (Problema).

Della y Trouble partieron desde Waco hacia Dodge City, Kansas, para acudir a las grandes carreras de motos. Hoy en día, Google calcula un viaje de 800 kilómetros en una ocho horas y media, pero entonces el trayecto no era tan directo ni las carreteras estaban tan bien pavimentadas. Para Della, terminó siendo un viaje de ocho días. Cuando llegó, fue recibida como una heroína, habiendo superado enormes barrizales por el camino y recorriendo senderos que se suponía eran las principales vías de la época. Ante semejante estímulo, decidió continuar adelante.

La siguiente parada de Della fue Milwaukee, donde visitó el cuartel general de Harley-Davidson y compartió una salida de picnic con las empleadas de la marca. Las carreteras entre Kansas y Wisconsin eran tan malas en aquel momento que tuvo que atravesar los campos de un granjero durante varios kilómetros en busca de un camino transitable en la dirección correcta. A lo largo del camino hizo distintas paradas para participar en eventos y desfiles. También escribió crónicas y tomó fotos que aparecieron en distintos periódicos, así como en la revistas Motorcycle Illustrated y Texaco Star Magazine, que Google ha escaneado y publicado en Internet.

Della tenía familia en Wisconsin y pasó cierto tiempo allí, así que no fue hasta el otoño de 1914 cuando comenzó a cruzar los estados del norte hacia la costa este. Llegó a Nueva York el 22 de diciembre y la temperatura era de -23 ºC. Para sobrevivir al viaje tuvo que ponerse toda prenda de ropa que llevaba en su equipaje.

Seguro que estás pensando en la experiencia para su perro; Trouble llevaba una prenda especialmente pensaba para que mantuviera la temperatura y se acurrucaba en la parte inferior del sidecar. En el concesionario local de Harley-Davidson celebraron por todo lo alto que consiguiera llegar a la ciudad. Lo que parece un disco de freno delantero en las fotos de su moto era en realidad el cuentakilómetros, y para entonces había recorrido más de 8.000.

Cuando Della celebrada su llegada a Nueva York, en Europa había comenzado la I Guerra Mundial, lo que frenó sus planes de viajar por el mundo. En lugar de ello, compró un billete para Florida. Desde allí su siguiente destino fue La Habana y recorrió la isla en compañía de algunos motoristas locales. Después se embarcó hacia Panamá y visitó el Canal, que había sido inaugurado recientemente.

Della se marchó después a Jamaica, que entonces pertenecía al Imperio Británico y que todavía no había quedado saturado como destino paradisíaco. Allí, ascendió en moto hasta la cumbre más alta de la isla. La última parada de Della en su periplo caribeño se extendió a Puerto Rico, donde recorrió la mayoría de localidades grandes y de nuevo ascendió a gran parte de sus cumbres.

A la vuelta de su viaje por el extranjero, Della criticó amargamente el estado de las carreteras en Florida cuando aterrizó en Tampa.

“Tampa: Si quieres probar la calidad de tu motor, tu combustible y tu aceite, por no hablar de la resistencia humana, el recorrido desde la costa oeste de Florida hacia Georgia es el lugar perfecto. Todo parece estéril y no se ve a mucha gente. El Presidente Miller, de la Asociación Good Roads, dice que Florida tendrá carreteras envidiables, pero hasta entonces, permítanme aconsejarles no pasar por este sitio salvaje”, declaró entonces.

Della alcanzó la civilización de nuevo en Atlanta y a continuación visitó las Carolinas, Washington, D.C. y Filadelfia antes de volver a Nueva York de nuevo, recorriendo para entonces más de 17.000 kilómetros.

Según el artículo en Texaco Star, Della salió de Nueva York hacia Los Ángeles en 1916, pero la historia dice que Effie y Avis fueron las primeras mujeres en realiza dicho viaje, así que probablemente ese récord se le escapó a Della por solo unos meses.

Della se quedó en Los Ángeles un tiempo y el censo la sitúa en Compton en 1926, trabajando de nuevo como manicurista, así como en una tienda.

Después de 1926 su rastro desaparece de los censos electorales, así que nadie sabe realmente qué fue de ella, pero durante aquellos años gloriosos, Della vivió una aventura absolutamente fuera de lo común para una mujer en la época.

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