Ben Hardy fue uno de los pioneros de la preparación de motos y, aunque no lo sepas, es posible que conozcas parte de su obra.
Si no has visto la película Easy Rider, es mejor que la veas y después sigas leyendo. En esta entrega, dedicada a figuras tan influyentes como poco conocidas en ocasiones, vamos a centrarnos en uno de los primeros y legendarios preparadores de motos, Ben Hardy.
Hardy fue precisamente el hombre que construyó las motos chopper del icónico largometraje Easy Rider. Teniendo en cuenta que se trata de dos de las preparaciones más conocidas de la historia, Hardy no recibió en su momento el reconocimiento debido por su trabajo.
Quizá porque Hardy y Cliff Vaughs eran de raza negra (Vaughs diseñó las motos y Hardy las construyó), su historia no aparece suficientemente bien reflejada en los libros. Por eso, creemos que ha llegado el momento de hablar de ellos. Ni Hardy ni Vaughs recibieron beneficio alguno de la fama que la película debió haberles traído.
Easy Rider dio unos beneficios con los años de alrededor de 60 millones de dólares y la Capitán América se vendió hace unos años por 1,3 millones. Algunos hombres se contentan con formar parte de los proyectos y ese es el camino que Hardy eligió.
Es difícil encontrar información sobre Ben Hardy y todo lo que hay se reparte entre un número antiguo de la revista Choopers Magazine, algunos fragmentos del documental de Jesse James “La Historia de las Choopers” y de las paredes de la tienda del gran Sugar Bear.
Después de mucho leer llegamos a la siguiente conclusión: como en el caso del rock&roll y de mucha de la cultura norteamericana, el estilo clásico chopper le fue arrebatado a los afroamericanos para ser convenientemente blanqueado.
Si bien Benjamin Hardy falleció en 1994, no existe por ninguna parte un obituario dedicado a su figura. Lo más que se puede aportar es que nació en 1910 y que años después de la II Guerra Mundial abrió la tienda Hardy's Motorcycle Service Los Ángeles South Central.
En el documental chopper de Jesse James, Cliff Vaughs menciona a Hardy como mentor y poseedor de un gran conocimiento ya en la década de 1960. Ben tenía un conocimiento enciclopédico de las motocicletas y siempre estuvo dispuesto a compartirlo con cualquiera que lo necesitase. El edificio donde solía trabajar todavía se erige en el 1168 de Florence E.
Si bien las motos de Easy Rider se convirtieron en objeto de culto, el reconocimiento por su diseño y construcción no llamó la atención precisamente. En 2007 (un año después de estrenarse “Historia de las Chopper”, el actor Peter Fonda explicó al programa Fresh Air de NPR: “Construí las motos que llevábamos Dennis y yo en la película. Se las compré al Departamento de Policía; me encanta la incorrección política que supone… y cinco tipos negros de Watts me ayudaron a hacerlas” . Desde luego nos hubiera encantado ahondar en esta parte de la historia, pero como es fácil imaginar, ésa no debió ser una tarea fácil.
Dennis Hopper sí reconoció a Ben Hardy y Cliff Vaughs en sus comentarios del director de la edición en DVD de 2009, pero no fue hasta 2014 cuando Fonda rectificó mediante una carta dirigida a Vaughs. Decía la misiva: “Nunca es demasiado tarde para reconoceros a Ben Hardy y a ti el mérito de haber diseñado las icónicas motos de Easy Rider”.
Los recuerdos a largo plazo son difíciles de mantener fielmente, algo de lo que ni una estrella como Fonda está a salvo, pero según nuestras investigaciones fue Cliff quien realmente compró las motos a la Policía y Ben Hardy fue quien rehízo los motores, todo ello en las instalaciones de su tienda. Larry Marcus (uno de las cinco personas mencionadas por Fonda) compartía casa con Vaughs en la época y se encargó de gran parte del trabajo.
Según la carta de Fonda, les pagaron 1.250 dólares por moto, aunque Hardy tuvo que pagar a su vez los cromados y la pintura de los bastidores a Dean Lanza.
Los tipos de Easy Rider hicieron un trato de lo más favorable, ya que estas motos continúan siendo iconos del mundo chopper casi 50 años más tarde. Sin embargo, el mérito de construirlas pertenece a Hardy, Vaughns y a su equipo por haber creado unas motos que han alcanzado la categoría de obras de arte.
Ben Hardy vivió su vida y dirigió su propia tienda, pero nunca tuvo la suerte de disfrutar de la fama y los beneficios económicos que sí han tenido muchos preparadores de motos claramente menos brillantes.
Según contaban Sugar Bear y Cliff Vaughs, Hardy disfrutó de cierto reconocimiento entre la comunidad motorista de raza negra, ya que venía gente de todo Los Ángeles para que trabajara en sus motos. Como suele ocurrir con todos los grandes hombres humildes, Hardy nunca se lo creyó demasiado. En un fragmento del documental de las chopper, Ben no se muestra dolido con Easy Rider, pero hubiera sido sumamente interesante escuchar la entrevista completa.
Fuente: RideApart.com